
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, aseguró en la noche del día de Acción de Gracias —mediante una publicación en redes sociales— que su administración va a “detener permanentemente la migración” desde lo que él definió como “países pobres” o del “Tercer Mundo”.
El anuncio llega pocas horas después de un tiroteo ocurrido el miércoles en Washington D. C., en el que resultaron heridos dos miembros de la National Guard; uno murió poco antes de que Trump se dirigiera de forma virtual a las tropas la noche del jueves.
El supuesto autor del ataque es un hombre afgano de 29 años, quien había ingresado al país como parte de un programa de reasentamiento para personas que colaboraron con las fuerzas estadounidenses en Afganistán, luego de la retirada de Estados Unidos de ese país.
En su mensaje, Trump culpó a la inmigración de problemas de seguridad y criminalidad, y advirtió que revisará el estatus de quienes entraron bajo administraciones anteriores. También amenazó con revocar visas, eliminar beneficios federales para no ciudadanos, y deportar a quienes considere “no compatibles” con los valores del país.
Expertos y defensores de derechos humanos advierten que estas medidas podrían disparar polémicas legales y tensiones sociales, al tiempo que organizaciones internacionales han pedido mantener las protecciones para refugiados y migrantes —especialmente aquellos que ya fueron admitidos como parte de planes humanitarios.