El presidente Donald Trump planteó extender los préstamos hipotecarios en Estados Unidos hasta 50 años, más del doble del plazo actual de 30 años. La propuesta busca aliviar la carga mensual de las familias frente a casas cada vez más caras y tasas de interés superiores al 6%, que obligan a muchos estadounidenses a destinar casi el 40% de sus ingresos a pagar su vivienda.

Expertos advierten que, aunque a corto plazo los pagos serían más bajos, a largo plazo los intereses acumulados podrían superar significativamente el valor de la propiedad. Además, estas hipotecas podrían convertirse en una deuda heredable para las próximas generaciones, dependiendo de la edad y situación financiera de los compradores.

Especialistas recomiendan evaluar cuidadosamente si conviene endeudarse por tanto tiempo o esperar a que las tasas de interés bajen, señalando que, mientras tanto, el ahorro de patrimonio real en la vivienda sería limitado, comparado con hipotecas más cortas o incluso rentar.

Algunos analistas señalan que esta medida podría incentivar la compra de vivienda entre jóvenes adultos que, de otro modo, quedarían fuera del mercado por los altos precios. Sin embargo, advierten que la acumulación de intereses a lo largo de 50 años podría significar que, al final del plazo, los propietarios habrán pagado varias veces el valor original de la casa.

Además, la propuesta plantea interrogantes sobre la estabilidad del mercado inmobiliario. Hipotecas tan largas podrían generar mayor exposición a fluctuaciones económicas y riesgos financieros en caso de desempleo, inflación o cambios en las tasas de interés. Los expertos subrayan que, aunque más familias podrían acceder a la vivienda, los riesgos asociados no deben ser subestimados.

Por su parte, defensores de la medida argumentan que la extensión de los plazos hipotecarios podría estimular la economía al incrementar la demanda de viviendas y dinamizar el sector de la construcción. Aun así, el debate continúa abierto, y la implementación de una política de este tipo requeriría análisis cuidadosos para equilibrar beneficios y riesgos para los ciudadanos y el mercado.