El ministro de la Presidencia y presidente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), José Ignacio Paliza, ha tomado un papel protagónico en la orientación de los aspirantes presidenciales de su partido, generando un debate intenso sobre la necesidad de que los funcionarios públicos separen sus cargos si buscan competir en las próximas elecciones. Paliza instó a los precandidatos a definir “día y hora” de salida del gobierno, planteando que solo así se podrá garantizar transparencia y evitar conflictos de interés entre la agenda del Ejecutivo y las aspiraciones personales de los candidatos.

El planteamiento de Paliza ha sido comparado por analistas políticos con un retiro espiritual, en el que se espera que los aspirantes reflexionen sobre su rol y responsabilidad. Este “cónclave” interno, con participación de ministros y otros funcionarios, busca aclarar las reglas de juego y evitar que la campaña política interfiera con el desempeño de las instituciones públicas. Observadores señalan que, históricamente, quienes se separan de la nómina pública tienden a tener mejores oportunidades de éxito en las primarias, consolidando la figura de Paliza como un estratega que busca armonizar poder, disciplina partidaria y preparación electoral.

El planteamiento de Paliza ha generado reacciones divididas dentro del PRM. Algunos dirigentes lo ven como un acto de disciplina y coherencia con la agenda del gobierno, mientras que otros lo consideran un llamado prematuro que podría desatar tensiones entre los aspirantes presidenciales y afectar el ritmo de las instituciones. Sin embargo, el consenso general apunta a que la medida busca asegurar que quienes aspiren a la presidencia lo hagan sin conflictos de interés y con total transparencia.

Expertos en política señalan que esta estrategia también funciona como un mecanismo de “redención” interna: al separar a los presidenciables de sus cargos, se evita que las funciones públicas se mezclen con intereses electorales, fortaleciendo la imagen del PRM ante la ciudadanía. En ese sentido, Paliza actúa como un mediador, asegurando que el partido mantenga la disciplina sin socavar el liderazgo del presidente Abinader.

A pocos meses del retiro espiritual en Jarabacoa, donde se discutirán estas directrices, se espera que el debate entre los aspirantes y la dirigencia sea intenso pero constructivo. La figura de Paliza, comparada simbólicamente con un “cardenal”, busca guiar a los presidenciables hacia decisiones responsables y maduras, promoviendo un equilibrio entre ambición política y compromiso institucional.