Samaná — El Banco de Reservas, a través de su programa institucional Juega RD, dejó inauguradas las canchas deportivas María Luisa y Villacara, ubicadas en la provincia de Samaná. Las obras de construcción y remozamiento beneficiarán directamente a unos 3,260 residentes y a nueve ligas deportivas que agrupan a más de 250 atletas de la zona.

Durante ceremonias separadas, el presidente ejecutivo de Banreservas, Samuel Pereyra, destacó que el programa Juega RD nació con la misión de recuperar y revitalizar espacios deportivos en todo el país, brindando a la juventud entornos adecuados para el desarrollo físico, social y comunitario.

“Con estas obras, reafirmamos nuestro compromiso con las comunidades y con el fomento del deporte como vía para el crecimiento integral de nuestra gente”, expresó Pereyra durante el acto inaugural.

Las nuevas instalaciones están diseñadas para fomentar la integración familiar, impulsar el talento deportivo local y contribuir a la prevención de la delincuencia mediante el sano entretenimiento. Banreservas anunció que continuará expandiendo este programa en otras provincias del país.

Los comunitarios expresaron su satisfacción y agradecimiento por la rehabilitación de estos espacios, resaltando que durante años estuvieron en condiciones precarias. Líderes deportivos y residentes señalaron que la reconstrucción de las canchas no solo mejora la infraestructura, sino que también devuelve la esperanza a jóvenes que ven en el deporte una vía de superación.

Además de las mejoras físicas, el programa Juega RD contempla la implementación de actividades recreativas y deportivas periódicas, con el objetivo de mantener activo el uso de las instalaciones y fortalecer la cohesión social en las comunidades beneficiadas.

Con estas acciones, Banreservas continúa posicionándose como una entidad comprometida con el desarrollo integral de la sociedad dominicana, promoviendo iniciativas que impactan positivamente en la calidad de vida de las personas, especialmente en las zonas más necesitadas del país.

El proyecto forma parte de una estrategia más amplia de responsabilidad social del banco, que busca no solo invertir en infraestructuras, sino también en el bienestar emocional y físico de la población, fomentando valores como la disciplina, el trabajo en equipo y la sana competencia entre niños, adolescentes y adultos.