En la última gala de los Premios Soberano, los humoristas Luis José Germán y Kenny Grullón ofrecieron una actuación que rompió con las expectativas tradicionales. En lugar de su habitual humor, decidieron aventurarse en el mundo de la ópera, aunque con un giro cómico que sorprendió a los asistentes.

Su interpretación operística no fue una presentación seria, sino una parodia ingeniosa que incluyó menciones a varias personalidades presentes en el evento. Además, abordaron de manera humorística a figuras políticas, logrando un equilibrio entre la majestuosidad de la ópera y el humor característico de sus actuaciones.

El acto, que fusionó la grandiosidad de la ópera con un enfoque humorístico, fue recibido con entusiasmo por el público. La creatividad y originalidad de Germán y Grullón no solo destacaron en la gala, sino que reafirmaron su habilidad para innovar y mantener al público entretenido en el escenario.