Escasez de obreros haitianos paraliza obras y dispara costos en construcción.
Santo Domingo, R.D. — Empresarios del sector construcción en la República Dominicana encendieron las alarmas este miércoles al denunciar que la creciente escasez de mano de obra extranjera, particularmente haitiana, está afectando seriamente la ejecución de proyectos y encareciendo significativamente los costos de producción.
Según indicaron, el reforzamiento de las políticas migratorias ha reducido drásticamente la presencia de obreros haitianos en obras privadas y públicas, ya que buena parte de ellos carece de estatus migratorio regular y han optado por no continuar trabajando en el país ante el temor a ser deportados.
“El problema no es solo que se han ido muchos, es que los pocos que quedan y están legalizados han aumentado su tarifa porque hay escasez y alta demanda. No hay sustituto inmediato en el mercado local con la misma experiencia”, explicó un empresario del gremio constructor.
Falta de personal, paraliza obras
La situación ha llevado a la paralización parcial o total de múltiples proyectos de construcción, según confirman constructores consultados. Muchos han tenido que reducir el ritmo de trabajo, postergar plazos de entrega o asumir costos adicionales para mantener a los obreros disponibles, lo cual impacta negativamente el dinamismo económico del sector.
“Si nos quitan los empleados, ¿dónde buscamos? No hay alternativa. Estamos en una situación crítica que se agrava cada semana”, expresó otro de los representantes del sector.
Piden plan de permisos laborales temporales
Ante esta realidad, los empresarios insisten en que es urgente implementar una política pública que permita otorgar permisos temporales de trabajo a los obreros extranjeros indocumentados, especialmente aquellos que ya residen y laboran en el país de manera informal. Esta medida, argumentan, permitiría legalizar y controlar el acceso laboral sin que se detenga la productividad.
Estudios recientes del sector construcción estiman que se necesitarían al menos 90,000 permisos de trabajo para suplir la demanda actual en obras de infraestructura y desarrollo habitacional. “Esto tiene que organizarse. No se trata de abrir las puertas sin control, sino de diseñar una política migratoria laboral moderna, estructurada y vinculada al crecimiento económico”, señalaron.
Los empresarios también hicieron referencia a cifras del Banco Central, que reportan la creación de 421,000 empleos en 2024, pero de los cuales apenas 87,000 fueron formales. Este dato, aseguran, revela la fragilidad del mercado laboral local para suplir sectores como la construcción, donde predomina la contratación informal, muchas veces asumida por trabajadores haitianos con larga experiencia en el área.
Mientras las autoridades mantienen una línea dura en materia migratoria, el sector construcción —uno de los principales motores de la economía dominicana— enfrenta un dilema: la necesidad de continuar sus proyectos y cumplir con compromisos de desarrollo, en medio de una realidad laboral que ya no puede sostenerse sin soluciones estructurales.
“El desarrollo de la construcción necesita reglas claras, pero también personal disponible. Si no se actúa con sensatez, perderemos competitividad y miles de empleos podrían verse comprometidos”, advirtieron.