La renuncia sorpresiva de Sébastien Lecornu como primer ministro de Francia este 6 de octubre ha intensificado la presión sobre el presidente Emmanuel Macron para hallar soluciones frente a una profunda crisis política. Lecornu, que solo llevaba 27 días en el cargo, se convirtió en el primer ministro con el mandato más corto de la Francia moderna. Su salida se produce en un momento en que el país enfrenta un parlamento dividido y una creciente incertidumbre económica que ha afectado los mercados europeos.

Lecornu presentó su renuncia apenas 14 horas después de haber asumido oficialmente el cargo, antes de celebrar su primera reunión de gabinete. En un comunicado, aseguró que “no se cumplieron las condiciones para que yo llevara a cabo mi función como primer ministro”, denunciando los “apetitos partidistas” que, según él, obligaron a su salida. La decisión de Lecornu ha sido interpretada como un reflejo de las tensiones y la falta de consenso en la Asamblea Nacional.

La ultraderechista Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, reaccionó de inmediato convocando elecciones parlamentarias anticipadas. Analistas políticos consideran que esta inestabilidad aumenta la presión sobre Macron, quien busca mantener el control de un gobierno que enfrenta un parlamento fragmentado desde las elecciones legislativas anticipadas del verano de 2024.

La renuncia del primer ministro provocó temblores en los mercados financieros: las acciones francesas y el euro sufrieron caídas significativas, mientras los costos de endeudamiento del país se incrementaron, afectando millones de dólares en el mercado de valores. El euro descendió un 0,7% frente al dólar, ubicándose en 1,1665, reflejando la incertidumbre sobre la segunda economía más grande de la zona euro.

Expertos advierten que la situación política podría prolongarse y afectar la estabilidad europea. “Es preocupante que el nuevo gabinete solo durara 12 horas. Parece que no hay voluntad en el Parlamento para aprobar un presupuesto, lo que aumenta la presión sobre el euro-dólar en el corto plazo”, señaló Kirstine Kundby-Nielsen, analista de Danske Bank. Mientras tanto, un portavoz del Gobierno alemán subrayó que una Francia estable es “una contribución importante a la estabilidad en Europa”.