En medio de la polémica judicial que rodea al Nightclub Pasión, varias empleadas del establecimiento acudieron al Palacio de Justicia de Santiago para desmentir acusaciones de proxenetismo. Aseguraron que en el negocio trabajan de manera libre, sin presiones ni pagos de salidas, y que son tratadas con respeto. Según sus declaraciones, la clausura del lugar ha afectado a decenas de familias que dependen directamente de esas labores.
Las mujeres denunciaron que durante el operativo policial fueron sacadas del local “como animales” en horas de la madrugada, lo que calificaron como un atropello. Expresaron que jamás han sido obligadas a ejercer, que entran y salen a voluntad, y que los dueños, José Gómez Díaz y Juan Pablo Estrella, actualmente detenidos, no cometen actos de explotación. Reclaman la reapertura del negocio y la libertad de ambos, insistiendo en que son mayores de edad y trabajan por decisión propia.
El abogado Félix Portes, representante legal de los empresarios, sostuvo que no existe ninguna víctima que haya señalado a los acusados como beneficiarios de trabajo sexual. Aclaró que cualquier acuerdo entre cliente y trabajadora es un asunto privado en el que Pasión no interviene. Añadió que este caso responde más a un contexto político que legal, y que la medida de prisión preventiva contra sus clientes carece de fundamento.