La emoción fue el principal protagonista en el torneo de baloncesto celebrado por la Dirección General de Prisiones, donde internos de más de doce centros penitenciarios participaron en una jornada deportiva marcada por los abrazos y las lágrimas. Uno de los reclusos de la cárcel de La Victoria resumió el sentimiento general con una frase conmovedora: “Abrazar a mis hijos después de cinco y dos años sin verlos es indescifrable”.

El evento, realizado en el Pabellón San Carlos de Santo Domingo, permitió que los privados de libertad compartieran con familiares y amigos, promoviendo la integración y el cambio de conducta. “Es una oportunidad de corregir errores y prepararnos para volver a la sociedad”, expresó uno de los internos, mientras otros destacaron el valor del deporte como herramienta de superación personal.

El director general de Prisiones explicó que, pese a las limitaciones económicas, el nuevo modelo penitenciario busca fortalecer los programas de educación, disciplina y rehabilitación. Con un presupuesto mensual de tres millones de pesos, la institución procura maximizar los recursos para actividades que contribuyan a la reinserción social de los internos y al fortalecimiento de los lazos familiares.