Los restos de Noelvin Jeremías Cabrera Rubiera, el adolescente que murió tras recibir una estocada dentro de una escuela en Santiago, fueron velados entre reclamos de justicia y denuncias de negligencia. Sus familiares sostienen que el ataque no fue cometido por una sola persona, como indican las primeras versiones, sino por varios menores que presuntamente actuaron de manera premeditada. Aseguran además que el agresor recibió el arma dentro del plantel y que en el centro opera una banda estudiantil que mantiene en tensión a profesores y alumnos.

Los parientes de Noelvin exigieron una investigación exhaustiva que permita identificar y apresar a todos los implicados, incluido el menor que habría entregado el arma y otro que supuestamente ayudó al agresor a huir. También responsabilizaron a la dirección del centro por fallas en la supervisión y la falta de control durante la jornada escolar. En medio del velatorio, llamaron la atención de las autoridades educativas y pidieron a los padres del país vigilar de cerca a sus hijos ante el avance de la delincuencia juvenil en distintas comunidades.

Los vecinos y amigos del adolescente también se sumaron a los reclamos, afirmando que la comunidad llevaba meses denunciando situaciones de violencia dentro y alrededor del centro educativo sin recibir respuesta. Señalan que la presencia de grupos juveniles conflictivos era un secreto a voces y que, pese a las advertencias, no se reforzó la seguridad ni se implementaron medidas preventivas.

Durante el sepelio, varios estudiantes revelaron que temen asistir a clases por la presión y el acoso de estas supuestas bandas, asegurando que muchos episodios de agresión no son reportados por miedo a represalias. Indicaron que el caso de Noelvin no es un hecho aislado, sino el resultado de un ambiente escolar deteriorado donde la disciplina se ha debilitado y la protección del alumnado no está garantizada.

Ante este escenario, líderes comunitarios reclamaron la intervención inmediata del Ministerio de Educación y de las autoridades policiales para restablecer el orden y garantizar un entorno seguro. Propusieron la instalación de cámaras, la supervisión constante y programas de orientación dirigidos a los estudiantes, al considerar que la prevención es clave para evitar que más familias vivan tragedias como la ocurrida con Noelvin.