En la comunidad de Barro al Medio, provincia Azua, vive Ángela Ascensión, una mujer de 58 años que enfrenta una dura realidad marcada por la viudez y la pobreza extrema. Desde la muerte de su esposo, ocurrida hace ocho meses, su situación económica y social se ha agravado, colocándola en una condición de alta vulnerabilidad.
Ascensión asegura que su mayor anhelo en estas festividades es poder preparar una cena de Nochebuena, un sueño que no logró cumplir el año pasado por falta de recursos y que este año vuelve a verse amenazado. “No tengo nada para hacer la cena”, expresa con tristeza, al explicar que sus ingresos son inexistentes y que vive del día a día.
La mujer relata que, tras dañarse su estufa y no contar con dinero para repararla o sustituirla, se ve obligada a cocinar en un fogón improvisado con leña que ella misma recoge durante el día. A esto se suma que, luego del fallecimiento de su esposo, le fue retirada la tarjeta de ayuda alimentaria del programa Comer es Primero, dejándola sin ese único respaldo que tenía para alimentarse.
Además de las dificultades económicas, Ángela enfrenta problemas de salud y condiciones precarias de vivienda. Padece afecciones en la vista y duerme en una cama de más de 20 años que ya no tiene colchón, situación que le provoca fuertes dolores corporales cada mañana.
Ante este panorama, se hace un llamado a la solidaridad de personas e instituciones que deseen colaborar para que esta mujer pueda tener una cena digna en Nochebuena. Quienes puedan brindar ayuda pueden comunicarse al teléfono 849-638-4080, ya que Ángela no cuenta con un teléfono propio.