Stefanie Coronado, madre de Esmaily Morla Coronado, la niña de tres años torturada hasta morir en el sector Los Gandules, exigió este lunes que la justicia rechace el alegato de “demencia” presentado por los imputados: la tía de la menor, Yokeiry Coronado De La Cruz y su pareja Jeider Montero Medina.

En un testimonio lleno de indignación y dolor, la madre denunció que los acusados están intentando “hacerse pasar por locos” para evitar consecuencias judiciales.

“La están poniendo a ella como loca, y ella no es loca. No me llaman para la audiencia, no me dan información. Yo quiero justicia, yo no quiero que esto se quede así”, expresó entre lágrimas.

La audiencia del caso volvió a generar tensiones entre la familia de la víctima y el sistema de justicia, que —según la madre— no ha actuado con la transparencia y diligencia necesarias.

Un especialista consultado en el mismo reportaje advirtió que hablar de “demencia o enajenación mental” es una estrategia sin base médica ni legal.

“Sería prematuro y llevaría al fracaso. Estas personas no tienen ninguna condición psiquiátrica. Ninguna”, afirmó.

El perito indicó que las pruebas del caso son contundentes, incluyendo el acta de defunción que establece que la niña murió por “síndrome de niño maltratado”, una condición asociada a tortura física severa.

Detalles del crimen

Las investigaciones del Ministerio Público revelan que Esmaily fue sometida a:

  • Golpes contusos

  • Quemaduras

  • Laceraciones en múltiples partes del cuerpo

Todo esto mientras estaba bajo el cuidado de su tía, a quien la madre había entregado la niña con la promesa de que tendría “una mejor vida”.

El hecho ocurrió el 16 de agosto, y desde entonces el caso ha generado profunda indignación en el país, especialmente por la brutalidad de las agresiones y la corta edad de la víctima.

Stefanie Coronado aseguró que continuará luchando hasta lograr una condena ejemplar: “Yo no voy a descansar hasta ver justicia por mi hija”. El Ministerio Público tiene previsto presentar nuevas pruebas forenses en la próxima audiencia, en la cual se decidirá si el tribunal acepta o rechaza el alegado trastorno mental de los acusados.