La actriz mexicana Cecilia Suárez reflexionó sobre la violencia de género en México a partir de su participación en un intenso monólogo basado en la obra de la escritora Cristina Rivera Garza, inspirada en la vida y asesinato de su hermana Liliana Rivera Garza, víctima de feminicidio.
Suárez confesó que el estreno estuvo cargado de una fuerte tensión emocional, especialmente cuando Cristina Rivera Garza apareció por sorpresa en la función, lo que aumentó la responsabilidad de encarnar una historia profundamente personal y dolorosa.
Para la construcción del personaje, la actriz se apoyó en imágenes concretas descritas en el libro, que le permitieron dar vida tanto a Liliana como a la propia Cristina. Suárez destacó que su experiencia de seis años como embajadora de la ONU en la iniciativa Spotlight, enfocada en la erradicación de la violencia contra la mujer, fue clave para comprender la dimensión real de los casos y las estadísticas que rodean esta problemática.
La intérprete describió el proceso como “brutal” y físicamente agotador, asegurando que este primer monólogo ha sido una de las experiencias más demandantes de toda su carrera. La intensidad emocional, señaló, deja huellas no solo psicológicas, sino también corporales, debido a la carga sostenida que implica revivir una historia marcada por la injusticia y el dolor.
Sobre la situación actual de los feminicidios en México, Suárez reconoció avances en la conciencia de las nuevas generaciones, a las que considera mejor informadas y con más herramientas para protegerse. Sin embargo, denunció que, a más de 35 años del caso que inspira la obra, la justicia sigue siendo lenta o inexistente, una deuda pendiente del Estado mexicano.
Finalmente, la actriz alertó sobre una tendencia global —visible también en Estados Unidos— donde sectores de ultraderecha intentan negar la violencia de género o relegar a las mujeres a roles tradicionales, eximiendo a los hombres de su responsabilidad. En ese contexto, subrayó la importancia de nombrar el feminicidio: “Si no se dice, no se entiende, no se identifica y no se puede detener”. Aunque hoy su trabajo esté enfocado en temas sociales profundos, Suárez expresó un agradecimiento especial por el cariño del público hacia Paulina de la Mora, su emblemático personaje en La Casa de las Flores, al que considera parte esencial de su trayectoria artística.