El secretario de Transporte de Estados Unidos, Shandofi Duffy, y el secretario de Salud, Xavier Kennedy, sorprendieron este martes al aparecer haciendo pull-ups en pleno aeropuerto nacional Ronald Reagan, en Washington D. C., mientras anunciaban un ambicioso plan para mejorar la experiencia de los pasajeros en las terminales del país.
Duffy informó que el Gobierno destinará nuevos fondos para que los aeropuertos desarrollen espacios dedicados al bienestar físico y emocional de los viajeros. Entre las novedades destacan la creación de zonas de ejercicio —incluyendo barras, caminadoras y áreas de estiramiento— con el objetivo de hacer más amenas las largas esperas entre vuelos.
El plan también contempla la instalación de más salas de juego para niños, con ambientes controlados y diseñados para reducir el estrés familiar durante las conexiones, así como áreas de lactancia ampliadas y equipadas para ofrecer privacidad, comodidad e higiene a las madres y sus bebés.
Mientras bromeaban sobre la dificultad de sus pull-ups, Duffy y Kennedy aseguraron que estas medidas forman parte de una estrategia para “modernizar y humanizar” los aeropuertos estadounidenses, priorizando la salud, la inclusión y el bienestar de los viajeros.
Además, las autoridades adelantaron que los nuevos espacios serán implementados de manera progresiva en los principales aeropuertos del país, priorizando aquellos con mayor volumen de tráfico. Los fondos permitirán no solo la creación de las áreas, sino también el mantenimiento continuo y la capacitación del personal encargado de orientarlas y supervisarlas.
Duffy explicó que la iniciativa surge tras múltiples estudios que revelan el impacto del estrés aeroportuario en la salud del pasajero, especialmente durante retrasos o largas conexiones. “Si podemos convertir esos minutos muertos en momentos de bienestar, todos ganan”, señaló. Kennedy, por su parte, agregó que la actividad física ligera y los espacios infantiles adecuados pueden reducir tensiones y mejorar la percepción del viaje.
Las autoridades destacaron que este proyecto se alinea con una tendencia global hacia aeropuertos más amigables y centrados en el usuario. En países como Japón y Singapur ya existen zonas similares, por lo que Estados Unidos busca ponerse a la par con una propuesta que, aseguran, transformará la experiencia aérea para millones de viajeros cada año.