El comunicador José Luis Mendoza aseguró que la sociedad dominicana ha llegado a un punto de agotamiento frente a los constantes escándalos de corrupción y que ya no está dispuesta a tolerarlos, sin importar quién esté en el poder. Sus declaraciones fueron ofrecidas durante su comentario titulado “No hay que demonizar a quienes presionan para que se castigue en justicia a los corruptos”, transmitido por el programa El Gobierno de la Mañana, del canal Z Digital.

Mendoza hizo un recorrido histórico sobre cómo, durante décadas, se normalizó en el país una cultura de corrupción que inicialmente se manifestaba de forma “técnica” o gradual, especialmente en obras de infraestructura, donde muchos ciudadanos minimizaban el problema mientras las construcciones funcionaran. Sin embargo, señaló que esa percepción cambió con el surgimiento de grandes escándalos que marcaron un antes y un después, como los casos de Hydro-Québec, Odebrecht, los Tucanos y otros, que evidenciaron esquemas de corrupción diseñados desde el conocimiento de las leyes y del propio sistema.

El comunicador indicó que estos casos, acumulados en el tiempo, generaron un profundo cansancio social y una mayor conciencia colectiva sobre el impacto real de la corrupción en la vida cotidiana de los ciudadanos, especialmente en sectores sensibles como la salud, la educación y las obras públicas.

En ese contexto, Mendoza defendió el derecho de la ciudadanía a manifestarse y ejercer presión social de manera cívica frente a los procesos judiciales relacionados con corrupción. Afirmó que, mientras no haya violencia ni destrucción de bienes públicos o privados, la protesta es legítima y contribuye a que las instituciones actúen con mayor responsabilidad.“No hay que demonizar a quienes presionan para que se castigue en justicia a los corruptos”, sostuvo.

Asimismo, expresó que la presión social ha demostrado ser un factor que obliga a los actores del sistema a actuar con mayor apego a la ley y a generar mejores resultados, al tiempo que rechazó los argumentos que califican estas manifestaciones como populismo penal cuando convienen solo en determinados casos.

Mendoza subrayó que la corrupción no es un fenómeno abstracto, sino una realidad que afecta directamente a los dominicanos, al provocar pérdidas de recursos que podrían destinarse a resolver necesidades básicas de la población. En ese sentido, consideró positivo que la sociedad se indigne y exija respuestas claras y firmes de las autoridades.

Finalmente, afirmó que esta reacción ciudadana es una señal de madurez democrática y una advertencia clara de que el país no puede seguir siendo decepcionado indefinidamente, reiterando que la exigencia de justicia debe mantenerse sin importar el partido o gobierno de turno.