Puerto Plata. – El acelerado crecimiento del turismo de cruceros y el aumento constante de vehículos en zonas céntricas y sectores periféricos han desatado una fuerte preocupación entre ciudadanos que piden, con urgencia, que las autoridades intervengan para evitar que la ciudad colapse en materia de tránsito.
Transitar por las avenidas de penetración al muelle y por la calle Guancho Escaño se ha vuelto un desafío, especialmente en días de llegada de cruceros, situación que empeora cuando coinciden con barcos de carga. La presencia de camiones estacionados en ambos lados de la vía genera embotellamientos que afectan a residentes, trabajadores y visitantes.
Aunque los taxis que operan en el puerto mantienen un orden ejemplar, el panorama es distinto con algunos autobuses y, en especial, con los camiones que suelen estacionarse en doble fila o incluso a media calle frente al muelle, contribuyendo al caos vehicular. A esto se suma la ausencia constante de agentes de la Digesett y POLITUR, contraste marcado respecto a otros puntos del centro histórico donde sí se observa presencia policial.
En pleno corazón de la ciudad, el escenario no mejora. Vehículos estacionados sobre las aceras —incluso en la concurrida calle Beller— obligan a los peatones a desplazarse por la vía vehicular, esquivando motores y pasolas que circulan en espacios peatonales y en vía contraria sin ningún tipo de control.
Mientras tanto, según las quejas expresadas por ciudadanos, los agentes de POLITUR, Policía Municipal y Digesett se concentran mayormente en asistir el cruce de visitantes en zonas turísticas como la Plaza Independencia, la Calle de las Sombrillas, el Callejón de Doña Blanca y la 12 de Julio con José del Carmen Ariza.
La Policía Municipal realiza, de forma esporádica, el retiro de motores estacionados en aceras, pero no actúa con la misma frecuencia frente a carros y yipetas que bloquean el paso de los transeúntes.
Ante este panorama, los ciudadanos enfatizan la necesidad de un plan de acción urgente que devuelva el orden al tránsito y evite que el caos creciente afecte el notable auge turístico que vive la “Novia del Atlántico”, especialmente con la llegada masiva de cruceristas que ha logrado un crecimiento histórico.