Un niño de apenas un año de edad perdió la vida luego de ingerir accidentalmente más de 40 pastillas de benzonatato, un medicamento utilizado para suprimir la tos, en un lamentable suceso que ha generado profunda consternación.

El menor, identificado como Francis David Agramonte Céspedes, fue trasladado de urgencia al Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina tras presentar síntomas severos de intoxicación. Ingresó en estado crítico y fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde los médicos realizaron todos los esfuerzos posibles para salvarle la vida, pero no fue posible estabilizarlo.

Según los reportes preliminares, el pequeño habría encontrado el frasco del fármaco en su vivienda y consumido una gran cantidad sin que los adultos se percataran a tiempo. La benzonatato es un medicamento indicado únicamente para adultos y su ingesta excesiva puede desencadenar reacciones graves, como convulsiones, paro cardíaco y fallas respiratorias.

Las autoridades investigan las circunstancias del hecho mientras el entorno familiar enfrenta el dolor de esta irreparable pérdida, que sirve como recordatorio de la importancia de mantener los medicamentos fuera del alcance de los niños.

¿Qué es el Benzonatato?

La benzonatato es un medicamento antitusivo recetado que se utiliza para aliviar la tos en adultos. Su principal función es adormecer los receptores nerviosos en las vías respiratorias y los pulmones, reduciendo así el reflejo de la tos. Viene en forma de cápsulas que deben tragarse enteras para garantizar su eficacia y evitar efectos adversos inmediatos en la boca o garganta.

Aunque es un fármaco considerado seguro cuando se usa bajo indicación médica, la benzonatato puede resultar altamente tóxica en caso de sobredosis, especialmente en niños. La ingestión accidental de tan solo unas pocas cápsulas en menores puede causar síntomas graves como convulsiones, ritmo cardíaco anormal, paro respiratorio y, en casos extremos, la muerte. Por ello, debe mantenerse estrictamente fuera del alcance de los niños y no administrarse sin supervisión médica.