Hoy se anunciaron cambios trascendentales en las vacunas contra la hepatitis B para los recién nacidos en Estados Unidos. Un panel de asesores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revocó las pautas que, por décadas, exigían aplicar la primera dosis dentro de las primeras 24 horas de vida.
El grupo de expertos, designado por el secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., recomendó que las madres que den negativo a la hepatitis B puedan decidir si desean que su bebé reciba la vacuna al momento de nacer o si prefieren esperar hasta que el niño cumpla dos meses. La medida marca un giro significativo en una política que había permanecido inalterada desde finales del siglo pasado.
De acuerdo con los asesores, este cambio busca ofrecer mayor flexibilidad a las familias sin comprometer la seguridad sanitaria, ya que el riesgo de transmisión es prácticamente nulo cuando la madre no porta el virus. Sin embargo, recalcaron que la vacunación sigue siendo esencial para la protección a largo plazo y que los bebés de madres positivas deberán continuar recibiendo la dosis inmediatamente después del nacimiento.
Las nuevas recomendaciones pasarán ahora a evaluación final por parte de los CDC, aunque se espera que sean adoptadas oficialmente en los próximos meses, abriendo una nueva etapa en las políticas de inmunización infantil.
Además, los especialistas señalaron que la actualización responde a nuevas evidencias científicas y a la intención de reducir intervenciones médicas inmediatas tras el parto cuando no son estrictamente necesarias. Indicaron que muchos padres habían solicitado mayor autonomía en las decisiones de vacunación temprana, especialmente en casos donde no existe riesgo de transmisión. Esta flexibilización, afirman, no altera el calendario general, sino que ajusta el momento de inicio en situaciones de bajo riesgo.
Pese al cambio, organizaciones médicas y pediátricas mantienen la recomendación de que todos los niños completen la serie de vacunas contra la hepatitis B, independientemente del momento en que reciban la primera dosis. Advierten que la enfermedad continúa siendo una amenaza global y que la inmunización sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir infecciones crónicas y complicaciones futuras como cirrosis o cáncer de hígado. Las autoridades sanitarias reiteraron que monitorearán el impacto de la nueva política para garantizar que no afecte las tasas generales de vacunación infantil.