El almirante estadounidense Frank Bradley rechazó este jueves haber dado la orden de ejecutar a los dos sobrevivientes del ataque realizado por el Ejército de Estados Unidos contra una lancha que presuntamente transportaba drogas en aguas del Caribe el pasado 2 de septiembre. La declaración fue confirmada por el senador republicano Tom Cotton, quien conversó con la prensa tras la sesión.

Bradley compareció en una reunión a puerta cerrada ante los comités de las Fuerzas Armadas del Senado y de la Cámara de Representantes, organismos que investigan la legalidad de las acciones militares ejecutadas dentro de la campaña antinarcóticos impulsada por el presidente Donald Trump. La citación respondió a las exigencias de legisladores de ambos partidos luego de un reportaje publicado por The Washington Post.

El artículo denunció que, tras un primer bombardeo en el que murieron once tripulantes de la embarcación, se habría realizado un segundo ataque con el objetivo de eliminar a los dos sobrevivientes. Estas acusaciones han generado inquietud en el Congreso sobre la posible comisión de un crimen de guerra, lo que motivó la comparecencia urgente del alto oficial.

A su salida del encuentro con Bradley, el senador Tom Cotton defendió la actuación del almirante y aseguró que, en su posición, él mismo “hubiera ordenado múltiples ataques”, minimizando la gravedad de las acusaciones y respaldando la postura del mando militar. Sus declaraciones subrayan la división política en torno a la estrategia antinarcóticos y la forma en que se ejecutan las operaciones en el Caribe.

La investigación continúa en curso mientras los comités legislativos evalúan si las acciones militares se ajustaron a las normas internacionales y a la legislación estadounidense que rige el uso de la fuerza en operaciones contra el narcotráfico.