PUERTO PLATA.– Varias viviendas abandonadas ubicadas en distintas calles y avenidas de San Felipe de Puerto Plata se han convertido en un serio peligro público, según denuncias de residentes que afirman que estas estructuras deterioradas sirven como refugio para delincuentes y representan una amenaza constante para los transeúntes.
Una de las edificaciones más críticas es una estructura de concreto en ruinas situada en la esquina de las calles Emilio Prud’Homme y Salomé Ureña, que lleva más de 15 años abandonada. El lugar ha sido tomado por individuos conocidos como “piperos”, quienes lo utilizan como guarida durante la noche para luego salir a cometer fechorías en los alrededores.
Según los comunitarios, la situación se ha agravado al punto de que estos individuos han convertido la estructura en una “cantera urbana”, demoliendo poco a poco los muros desvencijados para extraer las varillas y venderlas en metaleras. Esta actividad, además de ilegal, incrementa el riesgo de un colapso total de la edificación, poniendo en peligro a quienes transitan por la zona.
Lo más alarmante, señalan los residentes, es que dicha vivienda en ruinas está situada en pleno Centro Histórico de Puerto Plata, un destino turístico reconocido internacionalmente. Sin embargo, a pesar del riesgo evidente que representa para la seguridad pública y para la imagen de la ciudad, las autoridades locales mantienen una postura indiferente ante la problemática.
Los comunitarios hacen un llamado urgente a las instituciones correspondientes para intervenir estas estructuras abandonadas, eliminar los focos delictivos y prevenir una tragedia que —advierten— es solo cuestión de tiempo si no se actúa con rapidez.
Los habitantes de la zona aseguran que han denunciado la situación en múltiples ocasiones, pero sus reclamos no han recibido respuesta efectiva. Explican que, además de los riesgos estructurales, estas viviendas abandonadas generan un ambiente de inseguridad que afecta comercios, escuelas y el flujo turístico, especialmente en horas de la noche, cuando los delincuentes aprovechan la oscuridad para operar con mayor libertad.
Asimismo, dirigentes comunitarios advierten que este problema no se limita a una sola edificación, sino que existen otras viviendas en iguales condiciones a lo largo de la ciudad. Señalan que la falta de intervención municipal ha permitido que estos espacios se conviertan en puntos de reunión para consumo de drogas, vandalismo y actividades criminales. Por ello, reiteran su exigencia de que las autoridades actúen de manera inmediata para proteger la seguridad, la economía local y la imagen de Puerto Plata como destino turístico.