La líder del partido One Nation, Pauline Hanson, lleva un burka en la Cámara del Senado en la Casa del Parlamento en Canberra el lunes 24 de noviembre de 2025.

La Cámara del Senado de Australia vivió un episodio inusual y altamente polémico luego de que la senadora Pauline Hanson, líder del partido de extrema derecha One Nation, irrumpiera en el recinto vestida con un burka, como forma de protesta tras el rechazo a su propuesta de prohibir esa prenda en espacios públicos. La acción provocó la suspensión inmediata de la sesión por más de una hora y desencadenó críticas generalizadas tanto del oficialismo como de la oposición.

El incidente ocurrió minutos después de que el Senado negara a Hanson el permiso para presentar un proyecto de ley que buscaba prohibir el uso del burka y otras prendas que cubren el rostro. Molesta por la decisión, la legisladora salió brevemente del hemiciclo y regresó completamente cubierta por un atuendo negro, interrumpiendo el desarrollo normal de la jornada parlamentaria. Pese a los llamados de la presidencia, se negó a retirarse la vestimenta, lo que elevó el nivel de tensión en la Cámara.

La reacción de los demás parlamentarios fue contundente. Penny Wong, líder laborista en el Senado y ministra de Asuntos Exteriores, calificó la conducta de Hanson como “indigna de un miembro del Senado australiano”. Desde la oposición, Ann Ruston, vicepresidenta de la Coalición Liberal-Nacional, señaló que lo ocurrido “no es la forma en que un legislador debe dirigirse a esta Cámara”, calificando la maniobra de provocadora y fuera de orden.

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Debido a la interrupción generada y la negativa de la senadora a disculparse por su accionar, la Cámara sometió el caso a votación el martes, imponiendo una censura formal y suspendiendo a Hanson durante siete días. Se trata de una de las sanciones disciplinarias más severas aplicada a un legislador en las últimas décadas, lo que la mantendrá fuera del Senado durante el resto de las sesiones del año.

El acto de Hanson ha sido ampliamente denunciado como islamófobo y racista, especialmente por miembros musulmanes del Parlamento. La senadora de Los Verdes, Mehran Faruqui, fue enfática al afirmar: “Es una diputada racista y no es ningún secreto que su conducta es descaradamente discriminatoria”. El episodio reavivó el debate nacional sobre la discriminación, la libertad religiosa y los límites de la protesta política en Australia.