Además, el presidente francés advirtió que un tratado sin garantías sólidas podría perjudicar gravemente a los pequeños agricultores, quienes ya enfrentan altos costos y una competencia desleal. Según Macron, el acuerdo con el Mercosur, en su forma actual, “abriría las puertas a productos elaborados bajo estándares ambientales mucho menos estrictos”, lo que pondría en riesgo el futuro del sector agrícola europeo.
Mientras tanto, los sindicatos agrícolas franceses celebraron la postura de Macron, considerándola una victoria para el campo y una señal de que el gobierno finalmente está escuchando sus reclamos. Sin embargo, otros sectores más liberales dentro de la Unión Europea ven esta resistencia como un obstáculo al libre comercio y a la expansión de las relaciones con América Latina.
En el Parlamento Europeo, el debate continúa al rojo vivo. Más de 150 eurodiputados ya anunciaron que buscarán bloquear la ratificación del acuerdo, alegando preocupaciones ambientales y sociales. Todo apunta a que el futuro del pacto UE-Mercosur sigue en el aire, con Francia liderando la resistencia y marcando distancia frente a los socios más abiertos del bloque.