Durante un programa radial transmitido este miércoles por Vaya Radio en Super Q FM, un comentarista generó fuerte controversia al expresar que la crisis de Venezuela solo terminaría con la salida forzosa del poder de Nicolás Maduro y su círculo más cercano. Las declaraciones, consideradas extremas y violentas por diversos sectores, han provocado rechazo en redes sociales y llamados a mayor prudencia en el discurso público.
En el mismo espacio se abordó la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Peter Hegseth, a la República Dominicana, la cual, según se explicó, estaría vinculada a acuerdos de cooperación en materia de seguridad en el Caribe y al seguimiento de actividades relacionadas con el denominado “cartel de los soles”. Los panelistas señalaron que República Dominicana, junto a otros países de la región, ha incrementado su cooperación estratégica con Washington en temas de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Durante la discusión también se mencionaron las crecientes tensiones geopolíticas que involucran a Venezuela, así como la influencia de actores como Rusia, Irán y China en la región. Los comentaristas afirmaron que Estados Unidos estaría enviando un mensaje de disuasión con el despliegue de su poder naval en el Caribe, aunque aclararon que esto no implica necesariamente una intervención directa.
En el plano local, los conductores alertaron sobre el aumento del sicariato y la violencia en República Dominicana, citando el reciente ataque contra un testigo judicial en Santo Domingo Este como ejemplo del clima de inseguridad que aún persiste en el país.
Analistas consultados advierten que este tipo de expresiones pueden alimentar la polarización y normalizar la violencia en el discurso político y mediático, por lo que llamaron a fomentar una narrativa basada en el respeto, el diálogo y el derecho internacional.
Las expresiones, consideradas extremas por diversos sectores, han generado preocupación entre analistas políticos y defensores de derechos humanos, quienes advierten sobre el peligro de normalizar un lenguaje que incite al odio o a la intervención violenta en conflictos internacionales complejos.
Aunque el descontento hacia el gobierno de Nicolás Maduro es ampliamente compartido por parte de la diáspora venezolana y sectores de la región, expertos señalan que cualquier solución debe enmarcarse dentro del derecho internacional, el diálogo multilateral y los mecanismos democráticos, ya que la escalada verbal puede avivar tensiones en un contexto ya marcado por crisis humanitaria, migración forzada e inestabilidad regional.