La República Popular China dio un paso significativo en su proceso de modernización militar al anunciar la entrada en servicio de su tercer portaaviones, el Fujian, considerado uno de los avances tecnológicos más importantes de la flota naval del país asiático.

El Fujian es el primer portaaviones chino equipado con un sistema de catapulta electromagnética, una innovación que hasta ahora solo poseía Estados Unidos. Esta tecnología permite el lanzamiento de una mayor variedad de aeronaves, incluyendo aviones más pesados y con mayor capacidad de armamento y alcance, lo que mejora notablemente la operatividad del gigante asiático en el ámbito marítimo.

El nuevo buque realizó sus primeras pruebas en 2024 y fue incorporado oficialmente a la Armada del Ejército Popular de Liberación durante una ceremonia celebrada en la provincia insular de Hainan, presidida por el mandatario chino Xi Jinping. Con este hito, Pekín refuerza su ambición de convertirse en una potencia marítima global.

Sin embargo, este avance ocurre en un contexto de crecientes tensiones en el Mar de China Meridional y alrededor de Taiwán, territorios en disputa que han sido escenario de maniobras navales chinas. Estas acciones han provocado críticas de Estados Unidos, que mantiene una fuerte presencia militar en la región.

A pesar del progreso que representa el Fujian, expertos internacionales coinciden en que China aún se encuentra por detrás de Washington en cuanto a capacidad de despliegue global y experiencia operativa. No obstante, su desarrollo sostenido evidencia una estrategia clara de fortalecimiento militar con proyección internacional.