Frente al auge del uso de plataformas de inteligencia artificial como ChatGPT para consultas sobre salud, especialistas dominicanos coincidieron en que la IA puede ser una herramienta valiosa de apoyo, pero nunca una competencia ni un reemplazo para la medicina tradicional.
El ministro de Salud Pública, Víctor Atallah; el presidente del Colegio Médico Dominicano, Waldo Ariel Suero; y el presidente del Comité Científico de Cedimat, doctor Luis Suazo, afirmaron que la práctica médica requiere de conocimientos, experiencia y juicio clínico que ninguna tecnología puede igualar. “La inteligencia artificial es complementaria, no sustituta. La medicina física y el contacto humano siempre serán superiores”, expresó Suazo.
Los expertos advirtieron que el uso indebido de la inteligencia artificial puede generar desinformación y errores, ya que muchas plataformas se alimentan de fuentes no siempre confiables. Por eso, insistieron en que debe utilizarse bajo supervisión profesional y como una herramienta de apoyo diagnóstico.
Asimismo, destacaron que el futuro de la medicina dependerá de una integración ética entre la tecnología y la ciencia médica, donde la prioridad sea siempre el bienestar y la seguridad del paciente. “La IA puede ayudarnos a diagnosticar más rápido, pero el corazón de la medicina seguirá siendo el médico”, puntualizó Atallah.
Los especialistas también señalaron que el avance de la inteligencia artificial abre una oportunidad para mejorar los procesos hospitalarios, la gestión de datos y la detección temprana de enfermedades, pero subrayaron que su eficacia depende del criterio y la guía de los profesionales de la salud. “La IA puede ser una aliada poderosa si se usa con responsabilidad y supervisión médica; de lo contrario, puede convertirse en un riesgo para el paciente”, explicó el doctor Waldo Ariel Suero.
Finalmente, coincidieron en que la medicina del futuro deberá apostar por la colaboración entre la tecnología y el factor humano, manteniendo siempre la empatía y la ética como pilares del ejercicio profesional. “La inteligencia artificial puede procesar millones de datos, pero no puede interpretar el dolor, la emoción o el contexto humano del paciente. Esa sigue siendo tarea exclusiva del médico”, concluyeron.