El presidente Donald Trump dio marcha atrás a una parte de los aranceles impuestos a productos básicos importados, una medida que según la Casa Blanca busca aliviar los altos precios que enfrentan los consumidores. La decisión se aplicará a alimentos que Estados Unidos no puede producir en cantidades suficientes, como carne de res, tomates, café, té, plátanos y frutas tropicales.

Pese al anuncio, estos productos no quedarán totalmente libres de impuestos: seguirán pagando aranceles de entre un 10% y un 50%, según los acuerdos comerciales vigentes con países exportadores como Argentina, Ecuador, Guatemala y El Salvador. La medida llega en medio de crecientes quejas por el costo de la canasta alimentaria, por lo que se espera que el retiro parcial de aranceles contribuya a una baja moderada en los precios durante los próximos meses.

Consumidores y economistas coinciden en que, aunque el alivio no será inmediato, la reducción impositiva podría empezar a reflejarse en los supermercados si los importadores trasladan el beneficio a los compradores.

Expertos en comercio señalan que esta flexibilización podría incentivar un mayor flujo de importaciones, especialmente en rubros donde la escasez interna ha presionado los precios al alza. Sin embargo, advierten que la permanencia de aranceles parciales podría limitar el impacto total esperado por los consumidores, sobre todo en productos esenciales como la carne y los tomates.

Productores locales, por su parte, reaccionaron con cautela. Algunos consideran que la medida podría afectar su competitividad, mientras que otros entienden que la presión inflacionaria obliga a tomar acciones temporales para estabilizar el mercado. Señalan que el Gobierno deberá equilibrar la protección a la industria nacional con la necesidad de garantizar precios accesibles.

Mientras tanto, asociaciones de consumidores celebran la decisión, aunque reclaman una supervisión más estricta para evitar que intermediarios mantengan los precios artificialmente altos. Alegan que, si no hay un control adecuado, la eliminación parcial de aranceles podría beneficiar más a los importadores que a las familias que enfrentan el alto costo de la vida.