
Una serie de cancelaciones y retrasos golpea este viernes el sistema aéreo de los Estados Unidos, tras la orden de la Administración Federal de Aviación (FAA) de reducir en un 10 % las operaciones en 40 aeropuertos del país, medida que coincide con el cierre del gobierno federal, el cual ha dejado a miles de empleados sin salario y ha generado una fuerte disrupción en los servicios públicos.
La disposición afecta directamente a los principales aeropuertos de Nueva York, Miami, Los Ángeles, Chicago y Dallas, donde las aerolíneas ya comenzaron a cancelar cientos de vuelos y a advertir sobre un fin de semana caótico para los viajeros. Según el portal especializado FlightAware, casi 700 vuelos fueron cancelados desde la noche del jueves, cuadruplicando la cifra habitual de suspensiones diarias.
La escasez de controladores aéreos es la principal causa del caos, ya que muchos de ellos no están recibiendo pago debido al cierre del gobierno y no pueden cumplir con las exigencias de personal operativo. En un comunicado, la FAA explicó que la reducción temporal busca evitar la saturación y el agotamiento del personal, aunque reconoció que el impacto será considerable en todo el país.
Las principales aerolíneas estadounidenses confirmaron que ya aplican recortes drásticos en sus itinerarios. American Airlines canceló 220 vuelos diarios, Delta Airlines suspendió 170 vuelos programados, y Southwest Airlines eliminó 100 vuelos previstos para este viernes, según reportó la cadena CNN.
Entre los aeropuertos más afectados se encuentran Boston Logan, Newark, Chicago O’Hare y Reagan National (Washington D.C.), donde se reportan retrasos de una a dos horas y largas filas en los puntos de seguridad. Las autoridades advirtieron que la situación podría empeorar durante el fin de semana si el cierre del gobierno persiste y no se restablece el pago a los empleados del sector aéreo.
