El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia al afirmar que la entrega de ayuda multimillonaria a Argentina dependerá de que gane el partido de Milei en las próximas elecciones legislativas, a celebrarse en menos de dos semanas. El politólogo Eduardo Gamarra consideró que esta postura constituye un intento claro de influir en un proceso electoral extranjero.
Gamarra recordó que no es la primera vez que Estados Unidos intenta intervenir en elecciones latinoamericanas. Señaló casos históricos como la campaña en contra de Perón en los años 40 y más recientes, como el apoyo a Bolsonaro en Brasil, aunque advirtió que estos intentos no siempre producen el resultado esperado y, en ocasiones, fortalecen el apoyo a los candidatos adversos.
El experto también destacó que la medida de Trump tiene un trasfondo estratégico vinculado a la competencia geopolítica con China en América Latina, y alertó que si esta estrategia resulta efectiva en Argentina, podría replicarse en otros países de la región donde Estados Unidos busca mantener influencia política y económica.
El politólogo agregó que la política estadounidense hacia América Latina históricamente ha combinado incentivos económicos con presiones políticas, recordando los apoyos financieros durante la administración de Clinton a países como Argentina, México y Brasil en momentos de crisis. Según Gamarra, este tipo de acciones busca alinear los gobiernos locales con los intereses estratégicos de Washington, especialmente en sectores clave como comercio, inversión y seguridad regional.
Asimismo, advirtió que condicionar la ayuda económica a resultados electorales puede generar tensiones diplomáticas y afectar la percepción de soberanía en los países receptores. En el caso argentino, dijo, la declaración de Trump ha provocado críticas internas y debates sobre la independencia del proceso electoral y la posible injerencia externa.
Finalmente, Gamarra sostuvo que la situación será un termómetro para medir la efectividad de la presión política estadounidense en América Latina. Señaló que, además de la influencia sobre votantes, la estrategia busca enviar un mensaje a otros actores regionales sobre la capacidad de Washington de condicionar apoyos financieros y políticos según sus intereses.