El presidente Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva para “restituir” el Columbus Day, la festividad que conmemora la llegada de Cristóbal Colón a América. Aunque el día nunca dejó de ser un feriado federal en Estados Unidos, la decisión tiene un carácter simbólico y busca diferenciarse de la administración Biden, que incorporó la conmemoración del Día de los Pueblos Indígenas.
Con este gesto, Trump apeló a un discurso de patriotismo tradicional y tono electoral, dejando de lado las implicaciones históricas y el debate sobre el legado colonial que afecta especialmente a la comunidad latina.
Durante el acto, el mandatario improvisó frases efusivas en apoyo a la comunidad italiana, en un tono más desenfadado que solemne. En la orden firmada, Cristóbal Colón es descrito como “el héroe original de América” y “un gigante de la civilización occidental”, mientras se resalta su viaje de 1492 como el origen de “la orgullosa herencia de fe” de Estados Unidos, reafirmando la visión histórica que Trump busca recuperar en su narrativa política.
El Columbus Day, o Día de Colón, es una festividad celebrada en los Estados Unidos el segundo lunes de octubre para conmemorar la llegada de Cristóbal Colón al continente americano el 12 de octubre de 1492. Esta fecha marca el inicio del contacto entre Europa y América, un hecho que transformó radicalmente la historia del mundo al abrir paso a la colonización, el intercambio cultural y el comercio transatlántico. Tradicionalmente, el día ha sido celebrado con desfiles, ceremonias patrióticas y actividades escolares que destacan la figura de Colón como explorador y símbolo de descubrimiento.
Sin embargo, en los últimos años el Columbus Day ha generado intensos debates. Muchos sectores sociales e indígenas critican la festividad por representar el inicio de siglos de colonización, esclavitud y exterminio de pueblos originarios. Como respuesta, varios estados y ciudades estadounidenses han sustituido la conmemoración por el “Indigenous Peoples’ Day” (Día de los Pueblos Indígenas), que busca reconocer la resistencia, cultura y legado de las comunidades nativas americanas. Esta transformación refleja un cambio profundo en la manera de interpretar la historia y en la búsqueda de una memoria más inclusiva y crítica del pasado.