Santo Domingo. – La Superintendencia de Bancos, bajo la dirección de Alejandro Fernández W., informó que está trabajando para reducir las cuentas inactivas pertenecientes a personas fallecidas, un proceso que busca proteger los recursos y simplificar el acceso de los familiares a dichos fondos.

Fernández destacó que, aunque la institución ya ha avanzado en este proceso, existen aspectos del Código Civil que necesitan ser mejorados para facilitar la gestión de estas cuentas. “Hay elementos legales que debemos simplificar para que las personas, sobre todo de montos más pequeños, puedan acceder a sus recursos de manera más sencilla”, explicó el superintendente.

El funcionario agregó que la Superintendencia ha contratado asesores especializados para trabajar en la adecuación del marco legal, siguiendo un modelo similar al que se aplicó con la simplificación de delitos financieros incorporados al Código Penal. “También necesitamos urgentemente el apoyo de las demás entidades para que este proceso sea eficiente y beneficioso para los ciudadanos”, subrayó Fernández.

Según Fernández, el proyecto busca no solo agilizar la gestión de cuentas de fallecidos, sino también garantizar transparencia y seguridad en el manejo de estos recursos. La institución pretende que los trámites sean claros y accesibles para todos los familiares que reclamen los fondos correspondientes.

Además, el superintendente hizo un llamado a los familiares y ciudadanos a mantenerse informados sobre los procesos y requisitos legales necesarios para acceder a las cuentas, asegurando que la Superintendencia proporcionará orientación y apoyo técnico en cada caso.

Por último, Fernández destacó que la iniciativa forma parte de un esfuerzo más amplio de la Superintendencia para modernizar y digitalizar los procedimientos bancarios, reduciendo la burocracia y mejorando la eficiencia del sistema financiero dominicano en beneficio de toda la población.

Además, Alejandro Fernández enfatizó que esta iniciativa busca fortalecer la confianza de los ciudadanos en el sistema bancario, asegurando que los recursos de los fallecidos sean manejados de manera transparente y que los familiares puedan acceder a ellos sin obstáculos innecesarios, promoviendo así una mayor justicia y eficiencia en la gestión financiera del país.