El presidente de Colombia, Gustavo Petro, respondió con contundencia a las recientes declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, advirtiéndole que “no es rey en Colombia” y que su gobierno “no hará concesiones, sino que exigirá”. En una entrevista con el periodista Daniel Coronell para Univision, Petro enfatizó que “en una democracia, el poder reside en el pueblo, no en Trump”, y cuestionó a quienes “en pleno siglo XXI aún creen que pueden comportarse como reyes o virreyes”, recordando que “en las repúblicas, esa figura no tiene cabida”.

El pronunciamiento del mandatario colombiano se produce en medio de una creciente tensión diplomática entre Bogotá y Washington, motivada por diferencias en la política antidrogas y en asuntos de cooperación bilateral. Petro se reunió en Bogotá con el embajador de Colombia en Estados Unidos, Daniel García-Peña, para analizar la crisis, y adelantó que sostendrá un encuentro con el encargado de negocios estadounidense, John McNamara, en busca de mantener abiertos los canales diplomáticos pese a las tensiones.

Horas después, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia emitió un comunicado en el que “rechaza las declaraciones ofensivas y desobligantes contra el presidente Gustavo Petro”, calificando las palabras de Trump como “una amenaza directa contra la soberanía nacional”. La Cancillería advirtió que acudirá a instancias internacionales para defender “la dignidad del presidente y la independencia del Estado colombiano” ante lo que consideró una “injerencia política inaceptable”.

Las reacciones internas no se hicieron esperar. Desde la oposición, la senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal acusó a Petro de haber “llegado al poder con fraude y apoyo del narcotráfico”, mientras que la periodista y también aspirante de derecha Vicky Dávila sostuvo que el mandatario “ha permitido el avance del narcotráfico en Colombia y otorgado impunidad a los grupos ilegales”. Ambos sectores aprovecharon la coyuntura para reforzar su discurso contra el actual gobierno.

Con este nuevo cruce de declaraciones, la relación entre Colombia y Estados Unidos atraviesa uno de sus momentos más delicados en los últimos años. Mientras la Casa de Nariño insiste en una política exterior soberana y autónoma, el tono desafiante de Petro marca distancia de la tradicional alianza con Washington y abre un nuevo capítulo de tensiones diplomáticas que podrían redefinir el equilibrio político en la región.