El Parlamento japonés eligió este martes a Sanae Takaichi como la primera mujer en ocupar el cargo de Primera Ministra en la historia moderna del país. La designación se produjo tras un acuerdo de coalición entre su partido y una nueva fuerza aliada, consolidando un giro hacia políticas ultraconservadoras en el bloque gobernante.
La votación en la Cámara de Representantes, conocida como la Dieta, registró 237 votos a favor de Takaichi frente a 1 en contra, marcando un hito histórico. Durante la sesión, la flamante primera ministra realizó varias reverencias, gesto tradicional de respeto, mientras los miembros del parlamento aplaudían de pie, celebrando su nombramiento.
El ascenso de Takaichi se da en un momento de desafíos políticos para su partido, que busca reforzar su influencia mediante la nueva coalición. Su liderazgo promete un cambio significativo en la dirección política y social de Japón, con un enfoque marcado por el conservadurismo en temas económicos y sociales.
La llegada de Sanae Takaichi al poder también marca un giro generacional y de género en la política japonesa, tradicionalmente dominada por hombres. Su nombramiento ha generado tanto expectación como críticas, especialmente entre sectores progresistas que temen un endurecimiento en políticas sociales y de igualdad de género.
Analistas destacan que, más allá de ser la primera mujer en asumir la jefatura del gobierno, Takaichi representa la consolidación de un bloque político que prioriza la seguridad nacional, la política económica conservadora y un enfoque más rígido frente a las cuestiones internacionales, en particular las relaciones con China y Corea del Sur.
El impacto de su liderazgo se empezará a sentir en las próximas semanas, cuando se anuncien los nombramientos ministeriales clave y las primeras decisiones de política pública. Expertos advierten que su estilo de gobierno podría redefinir la agenda japonesa y establecer precedentes importantes para futuras mujeres líderes en el país.