Óscar Medina, afirmó que desde el punto de vista militar, Israel ganó de manera aplastante la reciente confrontación con Hamás, grupo al que describió como “totalmente destruido”. Según Medina, aunque Hamás no representa toda Palestina, su capacidad operativa quedó severamente disminuida tras los ataques estratégicos israelíes y la intervención de Estados Unidos.

Medina explicó que la ofensiva israelí no solo buscaba neutralizar militarmente a Hamás, sino también obligarla a negociar la liberación de rehenes y el retorno de cadáveres, lo que se logró con la participación activa de la diplomacia estadounidense y árabe. Sin embargo, advirtió que a pesar de su derrota, Hamás podría rearmarse en el futuro, dependiendo del rencor y la ideología de sus miembros.

El especialista también destacó que, aunque Israel salió victorioso en el campo de batalla, sufrió un desgaste diplomático y moral debido a las imágenes de la crisis humanitaria en Gaza. Por otro lado, resaltó el papel del expresidente Donald Trump y de líderes políticos como Marco Rubio en la mediación y negociación de este conflicto, subrayando la complejidad geopolítica que rodea la región y el futuro de Palestina.

Medina subrayó que, desde la perspectiva militar, la estructura de mando de Hamás quedó prácticamente descabezada y que sus financiadores, como Irán, enfrentan ahora serias dificultades para mantener operaciones logísticas y militares. Esto, según él, limita temporalmente la capacidad de Hamás para realizar ataques coordinados, aunque persiste la posibilidad de que resurjan grupos disidentes más adelante.

Además, el analista indicó que la reconstrucción de Gaza será un desafío enorme y que gran parte de los recursos provendrán de Estados Unidos y países árabes aliados, mientras que Israel se mantendrá al margen de los trabajos de reconstrucción directa. Medina enfatizó que la ayuda internacional será clave para restablecer condiciones mínimas de vida para los habitantes que regresan a la zona, devastada por los bombardeos.

Finalmente, Medina señaló que este conflicto evidencia la compleja relación entre fuerzas militares, diplomacia internacional y política interna israelí. Explicó que el primer ministro Netanyahu salió debilitado políticamente, y que sus negociaciones con la extrema derecha y Estados Unidos fueron determinantes para alcanzar acuerdos de control y seguridad en Gaza, mientras que el escenario humanitario y geopolítico continuará siendo delicado en el corto y mediano plazo.