Al menos 460 personas murieron en Sudán luego de un ataque contra un hospital materno, uno de los últimos centros médicos operativos en la ciudad afectada por el conflicto. La tragedia ocurre en medio de la creciente violencia que ha reducido la población local de más de un millón de habitantes a apenas 177,000 civiles.
Un video registrado por un dron policial muestra a un grupo de hombres fuertemente armados, algunos vestidos con uniformes similares a los de la policía, lo que dificultó su identificación. Los atacantes se dispersaron hacia zonas boscosas tras la ofensiva, dejando un rastro de destrucción y muerte.
La comunidad internacional ha condenado el ataque, calificándolo de “crimen de guerra”, mientras organizaciones humanitarias alertan sobre la grave crisis humanitaria que se profundiza con la destrucción de los pocos hospitales todavía operativos en la región.
El impacto del ataque afecta especialmente a mujeres embarazadas y recién nacidos, aumentando la urgencia de asistencia médica y protección humanitaria. Autoridades locales y agencias internacionales trabajan contrarreloj para brindar ayuda a los sobrevivientes y contener la propagación de enfermedades en medio del caos.
Se teme que la violencia continúe escalando en la zona, y se hacen llamados urgentes a los grupos armados para cesar los ataques y permitir el acceso seguro de la ayuda humanitaria a los civiles atrapados en el conflicto.
La destrucción del hospital materno agrava la crisis sanitaria en la región, donde ya escasean medicamentos, personal médico y recursos básicos para atender a la población afectada por la guerra. Las organizaciones humanitarias alertan que la falta de atención médica podría incrementar la mortalidad infantil y materna en los próximos días.
Mientras tanto, líderes políticos y comunitarios hacen un llamado a la comunidad internacional para intervenir y garantizar la protección de los civiles. Se espera que se implementen corredores humanitarios que permitan evacuar a los heridos y entregar suministros esenciales, en medio de un contexto de inseguridad y violencia generalizada.