El lunes, Hamás entregó a Israel el decimosexto cadáver de un rehén retenido en la Franja de Gaza, en medio de las tensiones por la implementación de la segunda fase del plan de alto el fuego mediado por Estados Unidos y otros actores internacionales.

La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, informó que la Cruz Roja actuó como intermediaria para la entrega del cuerpo al ejército y al Shin Bet, los servicios de seguridad interiores de Israel.

El Foro de Familias de Rehenes, principal organización de allegados a los cautivos israelíes en Gaza, recordó que el acuerdo contemplaba la devolución de todos los rehenes, vivos y muertos, para el pasado 13 de octubre, e instó al gobierno israelí, a Estados Unidos y a los mediadores a no avanzar hacia la siguiente fase hasta que Hamás cumpla con todas sus obligaciones.

Esta segunda fase del plan de paz, impulsado por Donald Trump, incluye el desarme de Hamás, la amnistía o el exilio de sus combatientes y la continuación de la retirada del ejército israelí de la Franja de Gaza, puntos que aún generan debate. Tras la solicitud de las familias, Hamás anunció la entrega de otro cuerpo de rehén aún retenido desde el ataque del 7 de octubre de 2023.

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Desde aquel ataque, en el que 251 personas fueron secuestradas y 1.221 fallecieron del lado israelí, Hamás ha liberado a los 20 últimos rehenes con vida, aunque hasta ahora solo se han devuelto los restos de 16 de los 28 cautivos fallecidos, alegando dificultades para recuperar los cuerpos entre las ruinas del territorio palestino, devastado por dos años de conflicto.

Según cifras oficiales y de la ONU, la ofensiva israelí en represalia ha causado la muerte de 68.527 personas en Gaza, en su mayoría civiles. Actualmente, la Cruz Roja, Hamás y un equipo egipcio trabajan en localizar y recuperar los restos mortales de los rehenes que permanecen en Gaza.