Washington D.C. — El Servicio de Impuestos Internos (IRS) anunció la suspensión temporal de 34,000 empleados en medio del noveno día del cierre parcial del Gobierno federal, sin avances en el Congreso para destrabar el presupuesto.
Hoy fracasó la sexta votación en el Senado para alcanzar un acuerdo, mientras crece la incertidumbre entre los trabajadores federales sobre si recibirán su salario y si estos pagos serán retroactivos. “No es porque yo no quiera ir a trabajar, es porque no me permiten ir a trabajar, y no es justo que nosotros estemos pagando los platos rotos y nos saquen afuera sin paga”, declaró un empleado afectado.
La medida del IRS afecta tanto a personal administrativo como a agentes de recaudación, incrementando la tensión entre los trabajadores federales y el gobierno, que aún no logra un consenso sobre el presupuesto. Analistas advierten que, mientras no se encuentre una solución, la paralización podría extenderse y generar mayores repercusiones económicas y sociales.
El cierre del Gobierno, que entró hoy en su noveno día, ha paralizado múltiples agencias y servicios federales, generando retrasos en trámites, pagos y servicios esenciales para los ciudadanos. Los sindicatos de empleados federales han advertido que la prolongación del cierre podría afectar la moral y la estabilidad financiera de miles de familias.
Funcionarios del IRS indicaron que la suspensión temporal busca minimizar el impacto operativo durante la falta de financiamiento, pero reconocen que la carga de trabajo se acumula y podría retrasar la atención a contribuyentes y la tramitación de declaraciones y reembolsos.
Mientras tanto, en el Congreso, los líderes políticos siguen sin llegar a un acuerdo, aumentando la presión sobre el Presidente y los legisladores para aprobar el presupuesto antes de que los efectos del cierre se intensifiquen, especialmente en agencias críticas como el IRS.
Expertos advierten que el cierre prolongado no solo afecta a los empleados federales, sino que también puede impactar la economía nacional, retrasar reembolsos fiscales y generar un efecto dominó en servicios esenciales que dependen del financiamiento federal.