Santo Domingo – La embajada de Perú en República Dominicana mantiene sus puertas cerradas tras la destitución repentina de la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral”, decisión tomada de manera exprés por el Congreso peruano. La sede diplomática, ubicada en la calle Las Ninfas, esquina Los Helios, en el sector Bellavista, no permite el acceso a medios de comunicación ni ha ofrecido declaraciones oficiales sobre la situación.

Una representante de la embajada indicó que, por el momento, “ninguna declaración está disponible” y que los servicios consulares continúan operando con normalidad, aunque sin brindar información adicional. La medida ocurre en medio de un clima político tenso en Perú, donde desde 2018 se han registrado seis presidentes, tres de los cuales fueron destituidos por el Congreso y dos renunciaron ante amenazas de vacancia.

José Enrique Gerí, líder del Congreso peruano, asumió como presidente interino y se espera que gobierne hasta julio de 2026, cuando se realicen nuevas elecciones. Analistas internacionales señalan que la situación de inestabilidad en Perú se ha visto agravada por la creciente inseguridad ciudadana y la presión del Congreso sobre los mandatarios.

Además del cierre de la embajada en Santo Domingo, fuentes diplomáticas indicaron que la medida busca reorganizar temporalmente las actividades internas y evaluar los próximos pasos tras la abrupta transición en Perú. No se descarta que se convoquen comunicados oficiales en los próximos días para explicar la postura del gobierno peruano ante la situación política actual.

El politólogo Jesús Bueno explicó que la destitución de Boluarte refleja la histórica inestabilidad política del país andino, donde los presidentes enfrentan fuertes presiones desde el Congreso y los poderes judiciales. “Perú no le pone fácil el camino a sus presidentes; la sucesión rápida de mandatarios demuestra un patrón de crisis institucional constante”, señaló.

Mientras tanto, la comunidad peruana en República Dominicana observa con preocupación la situación, aunque los servicios consulares esenciales continúan funcionando. Muchos ciudadanos consultados expresaron incertidumbre sobre cómo afectará esta transición a trámites como pasaportes, visas y otros servicios diplomáticos.