Pekín — El gobierno de China reiteró este miércoles su compromiso con la reunificación de Taiwán, insistiendo en que prefiere lograrla por la vía pacífica, pero advirtiendo que no descarta el uso de la fuerza si fuera necesario. La declaración fue emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores chino en medio de un aumento de las tensiones militares alrededor de la isla.

Las autoridades de Pekín afirmaron que están dispuestas a “crear un amplio espacio para la reunificación pacífica”, aunque responsabilizaron a las “fuerzas separatistas” taiwanesas y a la interferencia de potencias extranjeras en alusión a Estados Unidos de obstaculizar el proceso. En los últimos días, China ha incrementado sus maniobras aéreas y marítimas en torno al estrecho de Taiwán, incluyendo vuelos de cazas y bombarderos que han sido catalogados por Taipei como una “provocación directa”.

La advertencia china llega justo antes de la reunión prevista entre los presidentes de Estados Unidos y China en Corea del Sur, encuentro que abordará temas de seguridad regional y comercio. Washington mantiene su apoyo al gobierno democrático de Taiwán, al tiempo que defiende la política de “una sola China” sin aceptar una reunificación forzada.

Analistas internacionales interpretan el mensaje de Pekín como una muestra de fuerza ante la comunidad internacional, pero también como un intento de presión diplomática previo a la cumbre. Sin embargo, el creciente despliegue militar chino y la negativa a descartar la vía armada elevan la preocupación por un posible conflicto en el estrecho, una zona considerada clave para la estabilidad del Indo-Pacífico y el comercio mundial.

Expertos señalan que China podría estar buscando enviar un mensaje tanto a su población como a Estados Unidos, reforzando su imagen de poder frente a los desafíos externos. “El Partido Comunista necesita mantener un discurso de firmeza sobre Taiwán para fortalecer el nacionalismo interno y consolidar el liderazgo de Xi Jinping”, explicó un analista del Instituto de Estudios Asiáticos de Seúl. Sin embargo, advierte que una acción militar sería extremadamente costosa y podría aislar a China diplomáticamente.

Mientras tanto, el gobierno de Taiwán respondió que no cederá a la presión y continuará defendiendo su soberanía. La presidenta taiwanesa declaró que la isla “no busca la confrontación, pero tampoco aceptará ser intimidada”, reafirmando su compromiso con la democracia y la cooperación con aliados internacionales.