Canadá reaccionó este jueves a la sorpresiva decisión de Estados Unidos de finalizar las negociaciones comerciales entre ambos países. La medida fue anunciada anoche por el presidente Donald Trump, aparentemente motivada por un comercial del gobierno de Ontario que criticaba los aranceles estadounidenses y que incluía un clip de audio del expresidente Ronald Reagan.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, declaró que Canadá no puede controlar las políticas comerciales de Washington, pero aseguró que su país mantiene la disposición de retomar el diálogo cuando Estados Unidos lo considere oportuno.
La ruptura genera incertidumbre sobre futuros acuerdos bilaterales, especialmente en sectores estratégicos como la automoción y la energía, donde ambos países mantienen una intensa cooperación económica.
Expertos señalan que la decisión de Trump podría afectar a las exportaciones canadienses hacia Estados Unidos, principalmente en productos agrícolas y manufacturados, lo que pone presión sobre la economía de varias provincias.
Analistas también advierten que la medida podría complicar la relación diplomática entre Ottawa y Washington, creando tensiones en otros frentes como seguridad fronteriza y cooperación energética.
Mientras tanto, el gobierno canadiense ha mantenido un perfil diplomático, evitando confrontaciones directas y reiterando que su prioridad es proteger los intereses del país sin escalar el conflicto comercial. La expectativa ahora se centra en los próximos movimientos de Washington y en si habrá una apertura para retomar las negociaciones en el futuro cercano.
Diversos sectores empresariales canadienses han expresado su preocupación, advirtiendo que la incertidumbre podría frenar inversiones y afectar la estabilidad de cadenas de suministro que dependen de un comercio fluido con Estados Unidos. Esto refuerza la urgencia de encontrar un canal de diálogo efectivo entre ambos gobiernos.
Organizaciones internacionales han comenzado a observar el caso de cerca, ya que la decisión podría sentar un precedente en la manera en que Estados Unidos maneja sus acuerdos comerciales con otros países aliados, lo que genera inquietud en mercados globales.