Los residentes de varios sectores en Santo Domingo Oeste, incluyendo El Abanico, El Café y La Mina en Herrera, denuncian que los cortes de energía eléctrica se han vuelto crónicos, sumiendo a las comunidades en la incertidumbre y la desesperación. A pesar de que los ciudadanos aseguran estar al día con sus pagos, los constantes y prolongados apagones persisten sin una explicación clara por parte de las autoridades, afectando gravemente la cotidianidad y el bienestar de las familias.
La situación es particularmente crítica para los comerciantes locales, quienes reportan cuantiosas pérdidas económicas. Un vendedor lamentó la pérdida de más de 60 mazos de maíz dañados en su congelador, ejemplificando cómo la inestabilidad del servicio eléctrico destruye su fuente de sustento. Las quejas se extienden al sistema de facturación, pues los usuarios señalan que la tarifa varía constantemente, mostrando una preocupante falta de control en el precio final del servicio.
La frustración de la comunidad se dirige directamente a las autoridades correspondientes, a quienes acusan de negligencia. Los residentes expresan su malestar aludiendo que los funcionarios “no están haciendo su trabajo”, especialmente después de que una supuesta causa previa de los apagones —la construcción de la Pintura— ya ha finalizado. Esta falta de respuesta y de soluciones efectivas genera un sentimiento de abandono entre los habitantes de estos barrios.
Además del impacto económico, los apagones han provocado un marcado aumento en la inseguridad. La oscuridad recurrente se ha convertido en un “aliado para los robos y atracos en la zona”, alertan los ciudadanos, complicando aún más la vida en los barrios afectados. La interrupción del servicio no solo afecta el funcionamiento del hogar y los negocios, sino que también pone en peligro la vida y las propiedades de los residentes.
En resumen, los habitantes de Herrera exigen una intervención urgente de la distribuidora eléctrica y las autoridades pertinentes para estabilizar el servicio. La comunidad espera que se corrija la supuesta negligencia, se transparente el cobro de las tarifas y se garantice un suministro eléctrico constante que ponga fin a las pérdidas económicas y al incremento de la delincuencia que los afecta diariamente.