Dos jóvenes fueron víctimas de un violento atraco en la intersección de las calles Padre Paulé y Presidente Vásquez, en el ensanche Ozama, lo que ha generado gran preocupación entre los residentes del sector. Vecinos aseguran que los asaltos se han vuelto frecuentes y que la inseguridad afecta la vida cotidiana de la comunidad.
Según los reportes preliminares, los jóvenes fueron interceptados por individuos armados, quienes los golpearon brutalmente antes de despojarlos de sus pertenencias. Las víctimas quedaron tendidas en plena vía pública, mientras los agresores escapaban rápidamente.
Cámaras de seguridad del sector captaron el momento exacto del atraco, mostrando cómo los delincuentes cometieron el robo y huyeron a bordo de una motocicleta. Las imágenes han sido entregadas a las autoridades para facilitar la identificación y captura de los responsables.
Los moradores del ensanche Ozama exigen mayor presencia policial y patrullaje constante para frenar la creciente ola de delincuencia que afecta el sector. Asimismo, hacen un llamado a las autoridades a implementar estrategias efectivas que garanticen la seguridad de los ciudadanos y prevengan futuros hechos de violencia.
Delincuencia en RD
La delincuencia en la República Dominicana se ha convertido en una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, afectando tanto a zonas urbanas como rurales. Robos, atracos a mano armada, homicidios y violencia juvenil figuran entre los delitos más frecuentes, generando un clima de inseguridad que impacta directamente la calidad de vida de los ciudadanos.
Las denuncias por hechos delictivos aumentan día tras día, y muchos de estos crímenes son perpetrados en plena luz del día, lo que ha provocado una creciente desconfianza en la capacidad de las autoridades para garantizar el orden público.
A pesar de los esfuerzos del gobierno y de la Policía Nacional, que ha implementado operativos y planes estratégicos como el “Mi País Seguro”, las estadísticas continúan mostrando cifras preocupantes. Factores como el desempleo, la desigualdad social, la impunidad y la falta de oportunidades para los jóvenes han sido señalados como causas estructurales que alimentan la criminalidad.
La ciudadanía exige medidas más efectivas y sostenidas, así como una reforma profunda del sistema judicial y policial que priorice la prevención y garantice la justicia para las víctimas.