PUNTA CANA.— La crisis del sector eléctrico en República Dominicana sigue generando críticas por la gestión de sus autoridades, tras la aprobación de un decreto que permite al sector realizar compras sin apego a la Ley de Compras y Contrataciones.
Durante la cobertura de la exposición comercial número 37 de Azonahore en Blue Mall, un analista calificó la medida como un “premio a la ineficiencia”, señalando que los problemas del sistema eléctrico no son producto de fenómenos imprevistos, sino de una planificación deficiente durante los últimos cinco años. “Ustedes han sido ineficientes. Miren un premio a la ineficiencia”, afirmó, refiriéndose a la autorización para comprar equipos y materiales sin control.
El decreto del presidente Luis Abinader se da en un contexto donde se han registrado irregularidades y escándalos financieros en el sector, incluyendo transacciones millonarias que han obligado a devoluciones parciales de fondos. Según el informe, la medida pretende responder a la inestabilidad de la red eléctrica y a la demanda del sistema nacional, pero ha generado cuestionamientos sobre su legalidad y el incentivo que representa para la falta de eficiencia administrativa.
Expertos en administración pública han advertido que este tipo de decisiones, lejos de solucionar los problemas estructurales del sector, podría consolidar la improvisación y la corrupción, al eliminar los controles habituales en compras y contrataciones.
Organizaciones ciudadanas y sectores de la sociedad civil han criticado duramente la medida, señalando que la eliminación de controles podría convertirse en un precedente peligroso, que premiaría la ineficiencia en lugar de fomentar la planificación y la responsabilidad administrativa.
Algunos analistas también alertan que la decisión podría aumentar los costos del servicio eléctrico para los usuarios y profundizar la falta de confianza en las instituciones, afectando la percepción de transparencia y justicia en la gestión pública.
Adicionalmente, se teme que la medida genere un efecto dominó en otros sectores estratégicos del país, incentivando la improvisación y la toma de decisiones sin planificación, lo que podría afectar la estabilidad económica y social a largo plazo.