Washington D.C.—La administración de Donald Trump protagonizó otra polémica en la Casa Blanca al presentar su renovado “paseo de la fama” de expresidentes. Todos los retratos de los mandatarios anteriores fueron exhibidos, excepto el del expresidente Joe Biden, quien fue sustituido por una reproducción de su firma hecha con un ‘autopen’, la famosa pluma automática que Biden ha usado en documentos oficiales.

En varias fotos difundidas por la Casa Blanca, se observa a Trump observando de cerca los cuadros, mientras la sustitución del retrato de Biden parece un mensaje directo del expresidente hacia su sucesor. Esta acción se suma a las constantes críticas de Trump sobre el uso del autopen por parte de Biden, incluyendo su polémico pedido de anular ciertos indultos firmados con este mecanismo.

Expertos en protocolo y política señalan que la maniobra de Trump mezcla humor, desafío político y espectáculo mediático, reforzando su estilo confrontativo incluso después de dejar la presidencia. La reacción en redes sociales no se hizo esperar, generando debate entre seguidores y críticos sobre los límites de la burla política en espacios oficiales.

La decisión de reemplazar el retrato de Biden con su autopen ha sido interpretada por analistas como un gesto simbólico que busca cuestionar la legitimidad y seriedad del mandato del actual presidente. Mientras algunos consideran la acción como una simple broma política, otros advierten que refleja un patrón de Trump de utilizar la Casa Blanca como plataforma para ataques personales contra sus adversarios.

La polémica también ha generado comentarios en el Congreso y entre figuras del Partido Demócrata, quienes calificaron el acto de “irreverente” y “fuera de lugar”, recordando que la tradición dicta respeto hacia los expresidentes sin importar las diferencias políticas. Por su parte, voceros de Trump defienden la medida argumentando que se trata de “una representación creativa” y una forma de mantener vivo el debate sobre el legado presidencial.

Entre la ciudadanía y en redes sociales, la imagen del autopen ha sido objeto de memes, críticas y debates. Algunos usuarios han celebrado la ironía de la acción, mientras que otros la ven como un símbolo de la polarización política que persiste en Estados Unidos. La polémica promete mantenerse mientras Trump continúa ejerciendo influencia sobre su base de seguidores.