Washington, D.C. — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rechazó con firmeza el asesinato de Charlie Kirk, reconocido activista conservador y cercano colaborador suyo, ocurrido este martes durante un acto público en Utah. La noticia estremeció a la esfera política estadounidense justo en medio de la conmemoración del 24º aniversario de los atentados del 11 de septiembre.

Las cámaras captaron a Trump y a la exprimera dama Melania Trump visiblemente apenados mientras asistían en Washington a las ceremonias oficiales de recuerdo de las víctimas del 11-S. En un breve mensaje, el exmandatario lamentó la muerte de Kirk y lo definió como “un patriota entregado a la causa de Estados Unidos” cuyo legado “no será olvidado”.

El hecho ha generado consternación entre simpatizantes y dirigentes conservadores, quienes destacaron la cercanía de Kirk con Trump y su influencia en el movimiento político juvenil. Las autoridades federales continúan las investigaciones para dar con el responsable del ataque, mientras crece la presión pública para que se esclarezcan los detalles del crimen.

Fuentes cercanas al caso confirmaron que el FBI ya recuperó el arma utilizada en el ataque y ha desplegado un operativo de alcance nacional para localizar al principal sospechoso, descrito como una persona en “edad universitaria”. Hasta el momento, no se han revelado mayores datos sobre su identidad.

Analistas políticos señalaron que la muerte de Kirk representa un duro golpe para el movimiento conservador estadounidense, especialmente entre los jóvenes, donde el activista había ganado influencia a través de sus conferencias y su presencia en medios y redes sociales.

En tanto, Trump aprovechó los actos conmemorativos del 11-S para vincular la tragedia con el presente político del país, asegurando que “Estados Unidos enfrenta nuevos desafíos internos” y que el asesinato de su colaborador “es una muestra de lo que ocurre cuando se ataca la libertad de expresión y la defensa de los valores patrióticos”.