Washington D.C.—El presidente Donald Trump volvió a aplazar la prohibición de TikTok en Estados Unidos, marcando la cuarta extensión de este proceso. En esta ocasión, el plazo se amplía hasta el 16 de diciembre, mientras se negocia un acuerdo con China que permita abordar las preocupaciones de seguridad vinculadas a la aplicación.
A pesar de que el Congreso aprobó el año pasado una ley que obliga la venta de TikTok por estar en manos de una compañía china, las negociaciones continúan. El presidente anunció que un grupo de grandes empresas está interesado en adquirir la plataforma, tema que discutirá este viernes con el líder chino Xi Jinping.
Estas extensiones mantienen en pausa la decisión final sobre la red social, mientras autoridades estadounidenses buscan garantizar que la seguridad nacional no se vea comprometida por la influencia extranjera en TikTok.
Analistas señalan que la repetida prórroga refleja la complejidad de encontrar un comprador que cumpla con las exigencias de seguridad del gobierno estadounidense sin afectar la operación global de la aplicación. Además, la incertidumbre mantiene en vilo a los millones de usuarios de TikTok en Estados Unidos, quienes podrían ver cambios en la disponibilidad de la plataforma.
Organismos de seguridad han advertido que la aplicación podría facilitar el acceso de datos sensibles a empresas vinculadas al gobierno chino, mientras que representantes de la industria tecnológica insisten en que se deben buscar soluciones que no frenen la innovación ni afecten el empleo en el sector.
Por su parte, legisladores del Congreso han pedido al presidente Trump claridad sobre los plazos y los términos del acuerdo con China, señalando que la extensión continua genera preocupación sobre la eficacia de la ley que busca proteger la información de los ciudadanos estadounidenses.
Expertos en política internacional destacan que la decisión del presidente Trump también tiene implicaciones diplomáticas, ya que la negociación con China podría sentar un precedente sobre cómo EE. UU. maneja el control de empresas tecnológicas extranjeras con acceso a datos de ciudadanos estadounidenses.