Portland, Oregón. – El presidente Donald Trump ordenó el envío de 200 miembros de la Guardia Nacional a Portland para controlar las protestas frente a las instalaciones de ICE, autorizando el uso de “toda la fuerza” para mantener el orden.

Sin embargo, las autoridades locales reaccionaron de inmediato y presentaron una demanda federal contra la medida, calificándola de ilegal y excesiva, alegando que invade la jurisdicción de la ciudad y viola derechos civiles.

Mientras tanto, cientos de manifestantes se congregaron el domingo por la noche frente al centro de ICE, aumentando la tensión en la ciudad y dejando entrever un enfrentamiento legal y social entre la administración federal y las autoridades locales.

La demanda presentada por la ciudad y el estado argumenta que la intervención federal no fue solicitada ni coordinada con las autoridades locales, lo que podría constituir una violación de la autonomía municipal. Los abogados de Portland aseguran que el despliegue de tropas sin consentimiento podría sentar un precedente peligroso para otras ciudades del país.

Funcionarios federales, por su parte, defienden la medida argumentando que se trata de una acción necesaria para proteger la infraestructura federal y garantizar la seguridad de los empleados de ICE, que han sido blanco de ataques y hostigamientos durante las protestas.

Organizaciones de derechos civiles han criticado la decisión de Trump, calificándola de intimidatoria y advirtiendo que el uso de fuerza militar contra manifestantes pacíficos podría violar la Constitución estadounidense, en particular la Primera Enmienda que protege la libertad de expresión y de reunión.

El clima en Portland se mantiene tenso, con ciudadanos y activistas organizando vigilias y manifestaciones pacíficas mientras los tribunales evalúan la legalidad del despliegue federal, en lo que podría convertirse en un caso emblemático sobre los límites del poder presidencial frente a las autoridades locales.

Líderes comunitarios han hecho un llamado a la calma, instando tanto a los manifestantes como a las fuerzas federales a evitar confrontaciones violentas y a buscar vías de diálogo, mientras la ciudad se prepara para posibles jornadas de protesta prolongadas en los próximos días.