Juana Méndez, Haití. – El río Masacre se desbordó este jueves, dejando bajo las aguas calles, viviendas y la zona franca Compagnie Development Industriel (Codevi), donde trabajan miles de haitianos. El fuerte caudal también cubrió el puente fronterizo que conecta con la provincia de Dajabón, interrumpiendo el paso de cientos de personas que diariamente cruzan hacia la República Dominicana en busca de trabajo.
La situación afectó además los pasos informales de Don Miguel y La Peñita, dificultando la movilidad de comerciantes, estudiantes y trabajadores que dependen de estas vías para sostener el intercambio transfronterizo. Testimonios recogidos en la zona narran la desesperación de los residentes, que durante horas lucharon por salvar sus pertenencias y proteger a sus hijos de la corriente.
“Cada vez que el Masacre se desborda, lo perdemos todo. No hay dónde ir y vivimos con miedo de que la corriente se lleve lo poco que tenemos”, relató entre lágrimas una de las afectadas, madre de tres niños. La crecida no solo representa una amenaza directa a las familias, sino que también pone en riesgo la estabilidad económica de comunidades enteras que dependen de la actividad comercial en la frontera.
Las autoridades locales y de socorro trabajan en la evaluación de daños y en la asistencia a las familias afectadas, mientras persiste la preocupación por nuevas lluvias. El episodio vuelve a encender las alarmas en Haití y en República Dominicana sobre la vulnerabilidad de la zona fronteriza ante fenómenos naturales que alteran la vida cotidiana y frenan la economía binacional.
