A partir del primero de octubre, Estados Unidos aplicará nuevos aranceles a diversos productos importados, incluyendo medicamentos, muebles y camiones de carga pesada. La medida fue anunciada por el presidente Donald Trump, quien argumenta que busca incentivar que las compañías farmacéuticas trasladen su producción a territorio estadounidense. De no hacerlo, los medicamentos patentados o de marca enfrentarán un arancel del 100%, según las autoridades.
Los muebles, especialmente gabinetes y artículos de baño, verán incrementos arancelarios del 30 al 50%, mientras que los camiones de carga pesada estarán sujetos a un 25% adicional. Trump justifica estas medidas como una defensa contra la “competencia externa desleal” y lo que califica como una “inundación a gran escala” de productos extranjeros, destacando que México es el mayor exportador de este tipo de vehículos al país.
Expertos en política sanitaria y comercio advierten que estos aranceles podrían interrumpir la cadena de suministro, encarecer productos y generar escasez. Por su parte, la Cámara de Comercio estadounidense ha rechazado la medida, señalando que no existe una amenaza real desde el exterior en estas categorías y pidiendo reconsiderar la imposición de nuevos impuestos sobre las importaciones.
Los aranceles sobre los medicamentos han generado preocupación entre profesionales de la salud y pacientes, quienes advierten que el aumento del 100 % podría encarecer fármacos esenciales y limitar el acceso a tratamientos. Algunas farmacias ya evalúan estrategias para mitigar el impacto, como la búsqueda de proveedores alternativos o la reubicación de inventarios dentro del país.
En el sector de muebles, fabricantes locales han respaldado la medida, asegurando que los nuevos aranceles les permitirán competir de manera más justa frente a productos importados más económicos. Sin embargo, los minoristas alertan que los consumidores podrían enfrentar precios más altos y retrasos en la disponibilidad de ciertos artículos, sobre todo en áreas metropolitanas donde la demanda es mayor.
El incremento de aranceles a los camiones de carga pesada también afecta directamente la logística y el transporte de mercancías. Empresas de transporte advierten que el encarecimiento de los vehículos importados podría traducirse en mayores costos operativos, impactando tanto a distribuidores como a consumidores finales. Mientras tanto, las autoridades estadounidenses aseguran que estas medidas buscan proteger la industria nacional y fomentar la producción interna de bienes estratégicos.