El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó este martes un mensaje desafiante a la gobernadora de Puerto Rico, tras sus declaraciones sobre el uso de la isla como base para operaciones militares estadounidenses contra Venezuela. Maduro cuestionó directamente a la funcionaria caribeña y la instó a “venir de primera en el barco” si realmente respalda una invasión, asegurando que “el pueblo venezolano la recibirá como corresponde”.

El mandatario denunció la presencia de una flotilla de ocho buques de guerra y un submarino nuclear de Estados Unidos frente a las costas venezolanas, lo que calificó como una amenaza sin precedentes desde la crisis de los misiles en Cuba de 1962. En ese sentido, reiteró que la verdadera motivación de Washington no es el combate al narcotráfico, sino el control de los recursos energéticos y minerales de Venezuela.

Maduro advirtió que una agresión militar contra su país sería “un suicidio” para Estados Unidos y sus aliados, al tiempo que insistió en que Venezuela está libre de cultivos ilícitos y que la mayor parte del narcotráfico regional proviene de Colombia y Ecuador. Asimismo, reafirmó que el pueblo y las fuerzas armadas venezolanas están listos para defender la soberanía nacional frente a cualquier intento de intervención extranjera.

Tras las declaraciones de Maduro, sectores políticos en Puerto Rico reaccionaron de inmediato. Algunos líderes opositores criticaron las palabras del mandatario venezolano, alegando que se trataba de un intento de desviar la atención de los problemas internos de su país. No obstante, movimientos sociales en la isla coincidieron en rechazar que Puerto Rico sea utilizado como plataforma para operaciones militares en la región, advirtiendo que ello pondría en riesgo la seguridad de sus habitantes.

En paralelo, desde Caracas se convocó a embajadores de países caribeños y latinoamericanos para discutir el incremento de la presencia militar estadounidense en aguas cercanas. Maduro pidió una postura común de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) frente a lo que considera un plan de agresión. Según el mandatario, la unidad regional es la única garantía de que “América Latina no vuelva a ser patio trasero de ninguna potencia”.

Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos no ha respondido de forma oficial a los señalamientos, aunque fuentes diplomáticas han reiterado que los despliegues navales en el Caribe se enmarcan en operaciones de interdicción contra el narcotráfico. Sin embargo, analistas advierten que el discurso de Maduro y la tensión creciente podrían escalar la confrontación política y militar en la zona, reeditando un escenario de Guerra Fría en el hemisferio occidental.