Washington. — La Casa Blanca salió en defensa del funcionario conocido como el “zar fronterizo”, luego de que surgieran acusaciones de que habría recibido 50,000 dólares del Buró Federal de Investigaciones (FBI). El gobierno aseguró que se trata de un intento de “politizar la justicia” en medio de la campaña presidencial.

Desde el podio de prensa, un portavoz afirmó que el caso no tiene fundamento y que fue utilizado como un intento de trampa contra uno de los aliados más cercanos al expresidente Donald Trump. “Este es otro ejemplo de la instrumentalización del Departamento de Justicia contra uno de los más firmes y vocales defensores del presidente”, declaró.

De acuerdo con la versión oficial, tanto fiscales como agentes federales revisaron el expediente y no encontraron evidencias de actividad ilegal ni de conducta criminal. Por ello, la administración destacó que el funcionario no cometió ninguna falta y que continúa siendo “un servidor público valiente que ha hecho un trabajo fenomenal en ayudar al presidente a cerrar la frontera”.

La Casa Blanca reiteró que el mandatario se mantiene firme en su respaldo al funcionario y criticó que, en medio de la contienda electoral, se intente desacreditar a sus colaboradores más influyentes. “El presidente lo apoya al cien por ciento porque no hizo nada malo”, enfatizó la fuente oficial.